lunes, 6 de febrero de 2017

22 AÑOS, 6 DE FEBRERO.
Hijo mío: Naciste un lunes como hoy a las 20:20 de la tarde, para completar una familia que te esperaba impaciente. Que te amaba ya antes de que llegarás.
Nos regalaste 16 años increíbles, llenos de risas, juegos, momentos inolvidables y un amor que nos envolvió cada día que estuviste a nuestro lado.
Sigo escribiéndote, aunque cada vez te hablo más...Ver reflajados mis sentimientos en esas palabras escritas, les conceden un poder de realidad que me arrasa y una fuerza infinita de dolor sin límite. Me apuñalan con tu ausencia, que se vuelve cada día más imposible de soportar.
Hablarte me reconforta: Sé que oyes cada te quiero, cada te extraño, cada beso que te envió, cada caricia que me muero por darte...!Como te echo de menos mi moreno príncipe!
Mi cuerpo comienza a resentirse de contener este insondable dolor, las migrañas son intensas y este corazón mío se astilla con cada aliento que me mantiene viva. Hay días, en los que vivirte se me vuelve insoportable.
Pienso muchas veces en el enorme puzzle en el que me he convertido. Uno de esos viejos que tan bien conocemos, gastados, y en los que las piezas ya no encajan demasiado bien pero que seguimos armando, a pesar de faltarle esa pieza esencial que lo vuelve completo. Ese hueco que te duele y que acaricias con la yema del dedo, porque te recuerda todo lo que has perdido.
Me quedo con tus trocitos de una vida demasiado corta, con tus recuerdos, con la esperanza, y sobre todo con todo el amor que me has dejado y el que te has llevado.
Te llevaste un enorme pedazo de mi vida, el que yo te regalo y que nos mantiene unidos, porque el amor es eterno, el único que vence a la misma muerte. Siempre juntos y siempre separados.
Seguiré mirando a las estrellas y mandando mil besos al cielo.
Nos veremos, te quiere, mami 


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